
Hasta hace unos meses, España era la segunda potencia turística mundial.
Durante el 2019, sin ir más lejos, llegaron a España casi 84 millones de turistas extranjeros, pero la situación tras la crisis del COVID19 “está obligando” al sector turístico a girar la cabeza en busca de nuevos segmentos de mercado, aunque en realidad, algunos siempre han estado ahí.
Nuevos segmentos de mercado, hasta ahora olvidados.
Un pedazo interesante de esa tarta es, sin duda, el del viajero con discapacidad o con necesidades especiales. Viajeros que, en muchas ocasiones, no se ven afectados por su situación laboral, ya que están jubilados y por ende, tampoco se ve, en general, afectada su situación económica.

Tienen tiempo libre y poder económico para viajar, pero ¿Qué les falta? Lo principal.
Una oferta completa y de calidad que se ajuste a sus necesidades. Y cuando digo oferta completa, voy más allá de encontrar un alojamiento accesible. Hablo de poder disfrutar del destino, hacer excursiones, visitar lugares turísticos de interés para el resto de los mortales, disfrutar de la gastronomía local en bares y restaurantes, hacer actividades en la naturaleza…pero eso sí, de un modo inclusivo.
La locura de encontrar alojamiento.
La tarea de encontrar un hotel, apartamento, casa rural o cualquier otro tipo de alojamiento, realmente adaptado para una persona con discapacidad, puede ser muy ardua y complicada.
En muchísimos casos, tener una puerta ancha y unas barras en el baño parece que es suficiente pero ¡¡¡SORPRESA!!! no es difícil encontrar ejemplos como éste.

La correcta colocación de las barras en un baño es uno de los puntos claves para que sea útil pero no es lo único que se debe tener en cuenta.
El color de las paredes, la distribución y correcta elección del mobiliario, el tipo de perchas, la altura de la cama, la ubicación de los enchufes o el tipo de cortinas, son algunos de los detalles que deberás tener en cuenta para que las habitaciones accesibles realmente lo sean.
Te invito a que le eches un vistazo al curso de habitación inclusiva donde te cuento todo lo que debes tener en cuenta para que el tanto el baño como el resto de la habitación sea realmente útil para todas las personas.
Vacaciones, más allá del hotel.
Pero, por muy bonito que sea un hotel, me atrevería a decir que poca gente va de vacaciones para “confinarse” en la habitación. Y esto, es lo que ocurre todavía en muchos destinos.
Encontramos, en el mejor de los casos, un alojamiento bien adaptado, pero poco más por hacer si te mueves con silla de ruedas. Pocas actividades pensadas para los viajeros con discapacidad visual y menos aún para viajeros con discapacidad auditiva o intelectual.

¿Te has planteado por ejemplo que la mayoría de los museos o centros de interpretación no están pensados para personas sordas o ciegas?
De todo esto hablamos largo y tendido en el curso de crear experiencias inclusivas en los museos. Cómo hacer que las exposiciones sean divertidas y estén al alcance de todas las personas es fácil si sabes cómo hacerlo.
La accesibilidad no tiene porqué ser cara. En muchas ocasiones, utilizando correctamente los recursos que tienes, puedes generar accesibilidad desapercibida, es decir, crear espacios y productos que puedan estar al alcance de todos sin que tenga porqué parece algo feo y ortopédico.

Oportunidades de negocio sin explotar.
Si realmente queremos ser competitivos y acceder a ese pedazo interesante de la tarta tenemos que “ponernos las pilas” y hacerlo bien. Si esto lo traducimos a números, podemos hacer unas cuentas rápidas:
- En España hay más de 4 millones de personas con discapacidad reconocida.
- No suelen viajar solos.
- El 72 % de las personas con discapacidad viaja al menos 2 veces al año.
- De media, gastan un 30% más en sus vacaciones que el turista sin discapacidad.
Todo esto atendiendo exclusivamente a las “personas con discapacidad reconocida”, vamos, las que tienen carnet que así lo acredita.

Pero ¿Qué me dices de ese 10% de la población mayor de 65 años?
Estos no son considerados personas con discapacidad, sin embargo, está claro que tienen necesidades especiales de movilidad, de audición, de visión o de comprensión, derivados exclusivamente por la edad. A ellos también les beneficia, y mucho, encontrar una oferta turística accesible de calidad.
Países como Alemania lo tienen claro. Cuidan la accesibilidad con mimo y esmero, no sólo por un tema de responsabilidad social, sino también por el importante retorno económico que proporciona.
La unión hace la fuerza
Así pues, quizá sea el momento de mirar en esa dirección. De trabajar conjuntamente con el vecino para, entre todos, mejorar el posicionamiento del destino, para atraer a nuevos mercados, cuyas necesidades no están satisfechas y mimarles para que dejen su euro en casa.
Te pongo otro ejemplo, todavía son pocos los bares y restaurantes adaptados a las necesidades de todas las personas. Pequeños detalles como el modelo de las mesas o la tipografía de las cartas y menús tienen especial importancia para que todos los clientes las puedan utilizar.
¿Te gustaría saber si un restaurante es accesible? Te lo cuento en detalle en el curso de Restaurantes Inclusivos.
Recuerda, un destino turístico lo componéis todos, alojamientos, bares, restaurantes, tiendas, museos, actividades turísticas… y todo, todo puede ser inclusivo.
¿A qué estás esperando para aprovechar la oportunidad que se presenta?
Ponte en la piel de todos tus clientes, busca la diferenciación, atiende a las necesidades insatisfechas del mercado y cuéntame cómo te ha ido.
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¡¡¡Te espero!!!!